viernes, 20 de agosto de 2010

GRACIAS

Gracias. Gracias por los buenos momentos, y por supuesto, los malos momentos. Gracias por hacerme sentir tan feliz, tan especial, tan lleno de vida, por cargarme de emociones que una vez pensé desaparecidas y enterradas. Gracias por hacerme sentir tan desgraciado, tan triste, tan desdichado, melancólico, desaparecido, hundido.

Gracias por llenarme el corazón de sentimientos imposibles, de ilusiones y deseos, por abrirme en canal para recibir sensaciones indescriptibles, por hacerme el corazón tan grande que el pecho apenas puede conseguir albergar tanta alegría. Gracias por apuñalarme con saña cuando más feliz era, por cebarte sin compasión, por crear heridas que la distancia cicatrizará.

Gracias, por las noches cálidas entre abrazos tibios, sueños plácidos y besos hasta el amanecer, por las noches en soledad interminables que transcurren entre vueltas eternas sin poder conciliar el sueño, por el insomnio y los sueños rotos.

Gracias por despojarme de mi armadura y mi escudo, y hacerme sentir la brisa en la piel, por aprovechar mi desnudez para herirme. Por todos los días de sol y caminos llenos de luz cegadora que pude recorrer por tí. Gracias por los días nublados y plomizos en que no quise ni pude salir de mi madriguera.

Gracias por todas las victorias que nunca pensé alcanzar, y por las derrotas insufribles, amargas como el ajenjo. Gracias por todos los regalos que me diste y que no creí merecer, gracias por arrebatármelos con tanta frialdad. Gracias por el dulce despertar de todos los sentidos que pensé muertos, y gracias por matarlos. Gracias por todos los días que me haces sentir vivo, por los extremos, porque el equilibrio jamás será alcanzado. Por los momentos dulces que me has dado y los que vienen de camino.

Gracias por todo. Gracias vida.

Una de esas canciones que consiguen trasladarte sin esfuerzo al momento del que hablan. ¿Todavía tienes frío? Bueno, cierra los ojos un minuto que te llevo a un lugar.

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